Cuando las empresas compiten por la preferencia del consumidor, tratan de ofrecer precios más bajos, una mayor variedad de productos y servicios, de mejor calidad, que se
apeguen más a sus gustos y preferencias; para lograrlo deben volverse más productivas
e innovar. Por eso, la competencia económica genera un círculo virtuoso del que nos
beneficiamos todos los mexicanos.